Buenas noches.
Vengo del Noroeste. Un territorio geográfico, literario y mental.
Vengo de León. Una provincia levítica –antaño próspera; hoy agotada, envejecida y marchita– que cuenta peregrinos y comercia con griales de plástico y disfraces medievales para ir tirando.
Vengo del Bierzo. Una comarca física, económica y socialmente calcinada. Literalmente incinerada.
Vengo de Ponferrada. Un lugar que fue propicio para lo inaudito y hoy mendiga un puesto en la mesa vacía del porvenir.
Vengo del Noroeste. Soy un habitante de los suburbios del Estado.
Estoy en Valladolid: la capital de una comunidad autónoma periférica, bradicardiaca y afónica.
Trabajo en un teatro municipal. En un espacio en el que con recursos económicos y humanos muy limitados ofrecemos una programación escénica de calidad y estable que se ha mantenido en estos últimos años de crisis con resultados más que dignos.
Trabajo en un teatro público. Y el concepto "público" ha formado parte de nuestro ideario desde su apertura, hace 21 años. Reclamar esa idea del servicio público incluye estar convencido de que no se pueden concebir los derechos de ciudadanía en el siglo XXI sin contar entre ellos el del acceso a la cultura.
"Es triste vivir en una época en la que hay que luchar por las cosas evidentes", nos dijo Friedrich Dürrenmatt.
Trabajo en un teatro público que en estas dos décadas ha tenido muy presente el mandato de Federico García Lorca de "enseñar las cosas que no queremos ver, gritando las verdades que no queremos oír".
Trabajo en un teatro público en el que intentamos poner orden en el caos, siempre conscientes de que nuestra misión es imposible pero recordando el consejo de Juan Mayorga: "el teatro no puede cambiar el mundo pero los que lo hacemos debemos trabajar como si lo creyéramos"
Desde mi lugar en un teatro público he contemplado con desasosiego el panorama de externalizaciones sin control o de privatizaciones en condiciones discutibles de muchos servicios y espacios culturales de mi comunidad.
He visto cómo nos hemos ido adaptando a la precarización como norma, a la vez que hemos ido perdiendo músculo profesional artístico y técnico.
He advertido cómo la fragilidad se ha instalado en la médula espinal del sector escénico, cómo se han evaporado muchos principios que creíamos sólidos, cómo los discursos de la conformidad han ocupados los boletines oficiales.
He comprobado como los débiles diques de contención contra la injerencia política más patosa se han roto y hoy ocupan puestos de responsabilidad gentes que ignoran cual es la muy digna e imprescindible misión de la política. También de la política cultural.
"Qué tiempos serán los que vivimos que hay que defender lo obvio" nos dijo Bertolt Brecht.
Quiero expresar mi enorme y sincero agradecimiento al Ateneo Cultural Jesús Pereda y al jurado de estos Premios Diálogo 2017.
Quiero dar infinitas gracias por poder compartir el premio con gente y grupos a los que admiro y aprecio: Eliseo Parra, la Asociación Literaria Café Compás y la Asociación Cultural Civitas Animación Teatral.
Quiero que me permitáis compartir este premio en primer lugar con todo el extraordinario equipo humano del Teatro Bergidum y con los cerca de 800.000 espectadores que han aceptado en este tiempo en Ponferrada participar en el milagro del hecho escénico.
También con mis compañeros del área municipal de cultura Maica de Prado y Javier García Bueso, porque las fatigas compartidas con ellos son menos fatigosas.
Lo comparto con todos mis colegas de este oficio hermoso, sufrido y complejo que, por todos los rincones de esta comunidad y de este país, llevan a cabo de forma silenciosa, profesional y sacrificada una enorme labor tras el telón.
Y, por último, muy especialmente, lo comparto con los programadores del grupo de giras de Castilla y León que hemos sido capaces de generar complicidades y hemos intentando remendar las redes apolilladas por el desinterés y la rutina: Senador, de León; Celia, de Benavente; Pilar, de Palencia; Julia, de Aranda; Fernando, de Miranda; Piti, de Soria; Marco, de Segovia; Eduardo, de Medina y Juan, de Laguna.
Nos vemos en los teatros. Muchas gracias
Enhorabuena Miguel, reconocimiento muy merecido.
ResponderEliminarMuchas gracias
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