Foto de Diane Arbus |
Hace unas semanas, la bandera arcoiris ondeó en
los balcones institucionales de Ciudad del Puente. Fue un gesto reivindicativo
que se sube a la ola imparable dispuesta a limpiar los abundantes restos de homofobia
que contaminan aún nuestro tiempo. Una ola que busca normalizar la diferencia,
barrer atavismos reaccionarios y comportamientos de un integrismo incompatible
con sociedades mínimamente saludables.
Y la bandera multicolor me llevó a otro tiempo y
a otra ciudad. A una ciudad “sobre el mismo suelo y bajo el mismo nombre”, más
fea, tal vez más rica, inevitablemente más sentimental: los lugares de la
memoria habitan siempre los espacios contradictorios de la emoción.
Era aquella, hace cuarenta años, una ciudad de
galanes de piscifactoría, legionarios de opereta bufa y avezados aprendices de
macarra que acabaron temprano la carrera con un diploma breve en la sección de
necrológicas después de enamorar a mujeres altas, bellas e inteligentes que se
habían llamado Manolo.
Por lugares oscuros donde cabalgaba sobre su voz
Janis Joplin aparecía a veces “La Susi”. Maquillaje, bolso, tacones y un andar
que gravitaba sobre pechos recientes, imperfectos, turbadores. Indiferente a su
condición de objeto risible para el hastío provinciano, valiente en su
provocadora libertad frente a un pueblo que aún mostraba marcas de cadenas,
inconsciente quizá de la luz que su presencia aportaba a la sucia oscuridad del
momento. “La Susi” iba por la vida como los “freaks" que retrató Diane
Arbus en el Nueva York de los cincuenta: sin temer lo que podría pasarle porque
ya le había pasado.
“La Susi”, cronopio marginal en tierra de famas
biempensantes antes que supiéramos de Cortázar e ignorantes aún de que se
pudiera dar la vuelta al día en ochenta mundos, sufrió vejaciones, palizas y
humillaciones. Ninguna justicia la amparó. No hubo titulares, ni comunicados,
ni adhesiones. No había entonces días de orgullo ni cabalgatas festivas. Ni de
lejos una tela arcoiris en el balcón consistorial en aquella ciudad invisible
que era ésta en otro tiempo.
El Día de León (24, julio, 2016)
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