Son bobadas que se te ocurren
por culpa de la inactividad vacacional
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TE da por divagar, que es uno de los peligros del dolce far niente vacacional. Y el primero
de esos peligros es que sueltas las riendas de la imaginación. Y se te ocurren
entonces esas ideas tan ingeniosas que brillan justamente hasta que una segunda
lectura las envía a su lugar natural, que es la papelera, de donde son
rescatadas por los ejecutivos de algún reality.
Ya que el arte ha muerto, reflexionas, y la vida se ha
convertido en permanente espectáculo para solaz de la masa, inventemos
argumentos para programas de telerrealidad. Son
baratos, tienen audiencia y lo que sobran son pobres diablos dipuestos a vender
sus miserias por un puñado de euros y sus constitucionales quince minutos de
fama. Al fin y al cabo, todos podemos ser Lucía Etxevarría y pagar nuestras
deudas con Hacienda comerciando unos pucheritos bien colocados en prime time.
Pesadilla
en el periódico, por ejemplo. Se encierra a un puñado de periodistas solventes
en una redacción por la que van pasando modélicos empresarios de la
comunicación. Tendrán que sortear con un mínimo de profesionalidad los
caprichos del jefe, colocar titulares que oculten hábilmente la verdad y
aguantar sin cobrar hasta el cierre del diario. El ganador del concurso
obtendrá un fabuloso contrato por horas en un digital que deberá autofinanciar.
En El
banquero se divierte las cámaras podrían seguir las ingeniosas gestiones de un
grupo de directivos de entidades bancarias, obligados por contrato a ponerse
sueldos astronómicos, acordes con su irresponsabilidad. Cualquier actuación
razonable o que conlleve un mínimo de sentido ético será penalizada. Ganará
aquel que consiga arruinar en menor plazo la entidad, que en la final será
saneada con un jugoso aporte de dinero público.
Apadrine
un minero debería desarrollarse en una comarca antaño próspera y actualmente
en imparable depresión. En el Bierzo, por ejemplo. Sería estilo callejeros,
con la cámara en movimiento picoteando en la derrota de trabajadores dispuestos
a hacer dramáticas declaraciones, y mostrará la solidaridad vecinal. El
programa acabaría organizando una gala benéfica con Ramoncín y Bertín Osborne y
cuya recaudación se destinaría a la adquisición de televisores de plasma para
familias en paro de las cuencas.
Un programa
con tertulianos especializados en sistemas de seguridad de ferrocarril, que
analizarían sin pestañear los más truculentos accidentes aéreos; otro con novelistas
de ciencia ficción que aconsejaran a ministros en activo y uno con guionistas
de stand-up comedy que competirían en la escritura de
discursos a Rajoy y a Rubalcaba. Bobadas que se te ocurren por culpa de la
inactividad vacacional. Quizá con eso se pueda hacer otro reality.
Fronterizos, Diario de León (2-agosto-2013)
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