DE nuestro corresponsal en el futuro próximo.
Todas las autoridades se han mostrado unánimemente satisfechas con los
resultados de los actos del bicentenario del nacimiento de Enrique Gil y
Carrasco que se han venido celebrando a lo largo del año 2015 y que se han
cerrado brillantemente con el estreno de la ópera basada en la novela "El
señor de Bembibre", compuesta por el ponferradino Manuel Alejandre.
El estreno operístico, en cuya producción han colaborado todos los espacios
escénicos de la provincia, ha sido el broche final a doce meses de actividad
intensa en lo cultural, además de un tiempo en el que se han puesto en marcha
atractivos proyectos, planteados con vocación de futuro y como elementos de dinamización
económica.
El alto nivel de cooperación de las principales instituciones políticas, que
entendieron desde un principio el atractivo estratégico que la conmemoración
podría tener para un territorio tan castigado por la persistente crisis
económica y pactaron una forma común de afrontar el reto, ha generado
finalmente una alta rentabilidad en términos de promoción.
La sinergia generada por este insólito método de trabajo, en el que la
planificación técnica fue consensuada y respetada al margen de intereses
particulares y personalismos puntuales, ha demostrado que esta tierra puede
generar un producto de calidad en el ámbito cultural, a través del cual
originar riqueza e iniciativas sostenibles.
La vida y la obra de Gil y el contexto sociocultural de su época son hoy mejor
conocidos y valorados más allá de las fronteras regionales o nacionales. A ello
ha contribuido la magnífica edición ilustrada de su obra completa y, de manera
singular, las traducciones al inglés y al francés y la reedición en alemán de
su principal novela. Las representaciones teatrales, los ciclos de conciertos,
los congresos de investigación o el Festival Internacional de Poesía del
Noroeste, han sido eventos que han generado un enorme interés turístico en
torno a la geografía del escritor villafranquino.
A ello su suman la puesta en marcha en el Bierzo de la denominada “Ruta de Gil
y Carrasco” y de “El jardín de las palabras” en Ponferrada, ambiciosos
proyectos en los que se han conjugado propuestas de puesta en valor
medioambiental, patrimonial, cultural, turístico y gastronómico que han
supuesto un importante impulso para un entorno social necesitado de estímulos
después de siete años de depresión, en los que la actividad económica ha
alcanzado mínimos históricos.
Todo esto son cosas que aún no han ocurrido. Nada hace prever que puedan
ocurrir. Pero, si ocurrieran, solo serían atribuibles al milagro de un poeta
del que, dentro de un par de años, se cumplirá el bicentenario de su
nacimiento.
Fronterizos, Diario de León (14, junio, 2013)
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